El despido objetivo es una de las fórmulas utilizadas por las empresas para rescindir el contrato de un trabajador de forma unilateral. Al empleado solo le queda la opción de impugnar la decisión ante un juez, dentro del plazo de los veinte días siguientes a que se produzca el despido.
Al contrario que en el caso del despido disciplinario, el despido objetivo no está ligado a una responsabilidad por parte del trabajador. A continuación exponemos algunas de las causas que pueden tener como desenlace un despido objetivo en el ámbito empresarial.
Causas del despido objetivo
Las causas para un despido objetivo se pueden englobar en dos grandes bloques. El primero de ellos relacionado con el trabajador y el segundo con la empresa y sus circunstancias.
- En ocasiones el puesto de trabajo sufre algunos cambios con el paso del tiempo y el empleado no tiene las aptitudes necesarias para continuar desarrollando el trabajo. Por lo tanto existe una razón objetiva para el despido.
Los cambios o avances en los procesos para el desempeño de la tarea no son por sí solos un motivo justificado para proceder de forma inmediata al despido. Es necesario que la empresa haya ofrecido de forma previa la formación pertinente al trabajador, que le aporte la posibilidad de adaptarse a las nuevas condiciones laborales.
El tiempo empleado para la formación del trabajador se considerará tiempo laboral. Deberá existir un mínimo de dos meses desde que se produce el cambio en el puesto de trabajo o la formación, para que la empresa evalúe si el trabajador no es apto para continuar con la tarea y realizar entonces un despido procedente.
- Cuando hablamos de personas, entendemos que existe un proceso vital en el que se encuentra el desarrollo laboral junto con otros muchos aspectos. Circunstancias como un accidente que merme la capacidad en el trabajo, el desarrollo de una enfermedad que impida continuar la tarea, pueden ser algunas de las situaciones que pueden motivar a una empresa, para realizar un despido de este tipo.
La incapacidad debe ser permanente. En ningún caso estaremos hablando de un proceso de recuperación del estado inicial de salud, a causa de un periodo puntual de enfermedad.
- Circunstancias relativas al contexto económico o social en el que está enclavada la empresa. Un descenso en la facturación por una crisis económica es un motivo justificado para realizar un despido objetivo.
Este caso puede ser un “cajón desastre” para muchas empresas que quieran ver la manera de prescindir de los servicios de un trabajador. Por ello es importante estar alerta de las señales que indican si este será un despido objetivo o no.
En periodos complicados en el ámbito económico porque ya se estén produciendo pérdidas, o un descenso significativo en los ingresos, o exista una previsión real de que existirán en un periodo corto de tiempo, es importante que estos se produzcan durante al menos dos trimestres consecutivos. Además las cifras deberán ser comparadas con los mismos trimestres de ejercicios anteriores, al objeto de que exista una justificación real para el despido objetivo.
No solo las circunstancias económicas están dentro de esta parcela, también encontramos causas de tipo técnico, organizativo o de producción. Al existir cambios que afecten de forma directa a la producción y resultados de la empresa.
Comunicación al trabajador
Muchos trabajadores se preguntan cómo se les comunicará en el caso de que exista un despido de este tipo. El empleado recibirá una carta a través de la cual se dará por notificado y se le explicarán los motivos que lo causan. A partir de ese momento el trabajador puede valorar si las causan son o no justificadas.
Un despido suele tener aristas complicadas, por ello aconsejamos comentar cada caso en particular con un profesional legal que lo valore para tomar o no medidas al respecto.