¿Mamá o papá? ¡Los dos! Durante una separación, los niños en edad preescolar se beneficiarían de vivir en custodia compartida en lugar de con un solo progenitor.
Así lo reveló un estudio sueco realizado entre unos 3.600 niños de 3 a 5 años. Los niños pequeños que pasan tiempo similar con cada progenitor tienen menos problemas psicológicos y de comportamiento que los de familias monoparentales. De hecho, son tan sanos mentalmente como los hijos de familias nucleares.
Parte de la explicación estaría en el compromiso del padre, obviamente más sustentado en la custodia compartida que si la madre tiene la custodia exclusiva. Lo mencionamos así porque estadísticamente, en España, la abrumadora mayoría de las custodias exclusivas corresponden a madres.
Muchos estudios han demostrado la importancia para el bienestar psicológico de los niños de un padre presente, solidario y amoroso. Share on XAdemás, muchos estudios han demostrado la importancia para el bienestar psicológico de los niños de un padre presente, solidario y amoroso.
«La educación de los niños se hace a diario», comenta Claudia Germane, trabajadora social y mediadora familiar. Un padre educativo no es solo un padre de pastel de fin de semana. Los niños necesitan a ambos padres en sus vidas. Idealmente, cuando sea posible, los padres deberían compartir equitativamente las responsabilidades y el tiempo libre. Esto, sin embargo, requiere que sean capaces de dejar de lado sus diferencias para practicar una crianza compartida centrada en los intereses de los hijos. Incluso si a veces es difícil con nuestro ex, vale la pena poner agua en nuestro vino, ¿no? La relación coste beneficio podría ser muy interesante.
Las ventajas de la custodia compartida
Si la mayoría de los niños se adaptan rápidamente a su nueva forma de vida, otros experimentan la separación un poco peor dependiendo de la situación. ¿Cuáles son los riesgos para el desarrollo psicológico del niño en custodia compartida? ¿Cómo limitarlos?
Pero obviamente la custodia compartida ha de ser bien gestionada. De hecho, una mala absorción de este método de reparto del tiempo puede ocurrir como reacción a lo que su padre le diga sobre el otro progenitor y viceversa.
El niño tratará de reaccionar. Especialmente si escucha cosas malas sobre su otro padre o lo escucha descalificarlo constantemente. Otra situación típica y formidable, observada por desgracia a menudo y descrita por Elena Romano, terapeuta especializada en infancia, sería cuando el padre que le pide al niño que se cambie a la llegada para que se ponga la ropa que ha comprado, o le da otro edredón que aquel con el que tiene la costumbre de dormir. De hecho, «el niño necesita mantener estos apoyos transitorios que le servirán de referencia cuando vaya de un lugar a otro», subraya. Hay que darle referencias de estabilidad para conjurar los problemas que aparecen de esa itinerancia.
Acercar ambos domicilios también es buena idea. Que el pequeño sienta que, con papá o con mamá, puede seguir yendo al mismo parque con sus amigos de cada día. Mantener referencias estables tanto como se pueda.
Solo cambiar que papá y mamá ya no viven juntos. Lo demás puede seguir lo más próximo posible a su vida en familia nuclear. Someter al niño a demasiados cambios pequeños y diarios es estresante y desaconsejado para él. No debemos mover el suelo bajo sus pies, sino darle estabilidad en esta nueva etapa. Un niño con estabilidad, adquiere seguridad.