Analizamos la relación del binomio COVID y derecho de familia. Desde este despacho, como especialistas en Derecho de Familia en Valencia, estamos notando cómo la pandemia no solo recibe este nombre por afectar a todo el territorio, sino por afectar a todos los niveles, mucho más allá también del ámbito sanitario. El Derecho de Familia no está siendo ajeno a su impacto.
El impacto de la pandemia, traducido en agonía en lo económico y en medidas extraordinarias adoptadas desde el Gobierno para tratar de detener la propagación del virus han impactado con mucha fuerza en el tejido productivo y en el social. Otra vez a nivel global: daña a todas las empresas, grandes o pequeñas, merma a todas las familias, sean del estrato que sean —aunque no por igual en lo económico, sí en lo sanitario— nadie escapa a la influencia del Coronavirus.
El Estado de Alarma, el confinamiento y el nuevo estado de Alarma que se presume de manera inminente llevan a muchas personas a preguntarse por el régimen de visitas o el sistema de guarda y custodia compartida ¿Qué pasa con ellos en caso de pandemia?
El nuevo Estado de Alarma lleva a preguntarse por el régimen de visitas o el sistema de guarda y custodia compartida ¿Qué pasa con ellos ahora? Share on X
El artículo 9 de la Convención de los Derechos del Niño señala:
“1.-Los Estados Partes velarán por que el niño no sea separado de sus padres contra la voluntad de éstos, excepto cuando a reserva de revisión judicial, las autoridades competentes determinen, de conformidad con la ley y los procedimientos aplicables, que tal separación es necesaria en el interés superior del niño. Tal determinación puede ser necesaria en casos particulares, por ejemplo en los casos en que el niño sea objeto de maltrato o descuido por parte de sus padres o cuando éstos viven separados y debe adoptarse una decisión acerca del lugar de residencia del niño.
Covid y Derecho de Familia: los divorcios
La merma económica que el Covid trae a muchas familias —cientos de miles de puestos de trabajo, y casi 140.000 empresas perdidas— ha hecho que muchos procesos de divorcio se hayan prorrogado porque un divorcio supone mantener con los mismos ingresos dos núcleos familiares distintos.
Ese receso en los divorcios por causa económica, se compensa sin embargo, con la decisión de muchas otras familias que deciden poner fin a su matrimonio tras un periodo de intensa convivencia que ha hecho merma en relaciones de pareja que ya venían dando señales de alarma. Si tras cada verano registramos un pico en la demanda de divorcios, el confinamiento con más duración que unas vacaciones unido a un estrés emocional subrayable ha pronunciado aún más esa curva.
Otro aspecto que queremos recalcar es el momento que se vive en los tribunales españoles. Si ya de por sí estaban trabajando con una dotación presupuestaria insuficiente que les hacía menos ágiles de lo deseable, el parón por cierre debido al Coronavirus, provoca ahora —a pesar del reconocido esfuerzo de sus trabajadores— un verdadero colapso, tratando de dar salida a los procedimientos que fueron suspendidos, añadido a la enorme cascada de reclamaciones, demandas, indemnizaciones y problemas de toda índole que ha ocasionado el Estado de Alarma.
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