La casa nido en un divorcio es para muchas familias una fórmula que le ofrece a los hijos, principalmente menores de edad, una estabilidad ante la nueva situación. Es un método por el que optan muchos progenitores que han optado por la custodia compartida. La casa nido aparece a nombre de los hijos, es decir, ellos son los protagonistas y beneficiarios de la misma y no sus padres.
El convenio regulador será el lugar donde se puntualice cómo se va a desarrollar el día a día de este hogar. En él se establecerán los periodos de cada padre en la casa y cómo se producirá los cambios entre ellos. Esta modalidad parte de una buena relación entre los padres y aunque si bien es cierto que es un método por el que no son los hijos los que tienen que estar cambiando de casa continuamente, no es una opción que se mantenga durante mucho tiempo después.
El motivo del fracaso de la casa nido suele estar basado en la distancia y la fricción de la relación, que acaban apareciendo en la mayoría de los casos por el uso común de la vivienda. Además en épocas de crisis económica, inestabilidad laboral y sueldos escasos, la opción por la casa nido requiere de ingresos altos, ya que ambos progenitores deben de tener otra vivienda para el tiempo que no habitan la casa nido.
Obligaciones en la casa nido
Las obligaciones que conlleva el mantenimiento de la casa son uno de los principales impulsores de que muchas familias, tiempo después, soliciten una modificación de medidas del convenio regulador. Además del evidente mantenimiento del hogar para que este lo siga siendo, sin hacer prevalecer los gustos o apetencias de cada progenitor en cada momento, existen tres obligaciones a efectos prácticos:
- El pago del 50% por cada uno de los progenitores del coste de la vivienda
- El pago del 50% gastos del uso de la vivienda como lo son los suministros de luz, agua, calefacción, gastos…
- Respeto de las normas establecidas en el convenio regulador, previo acuerdo de ambas partes, para salvaguardar la armonía de esta modalidad.
Los menores en el divorcio
El principal objetivo de optar por la casa nido tras un divorcio siempre ha sido respetar a los niños y su día a día. A pesar de que estos van a experimentar cambios, con esta modalidad pueden mantener sus costumbres, su hogar, su colegio, sus amigos, sus actividades extraescolares, la visita de sus abuelos…
La casa nido es una buena opción también cuando se están gestando nuevas relaciones de los progenitores con otras personas, pero no están lo suficiente estabilizadas para convivir con los hijos o estos no están preparados todavía para asumir esa nueva situación.
Sin embargo, el uso de la casa, como el de cualquier hogar, antes o después afecta a la intimidad de todos y cada uno de los miembros de la familia, y es por ahí por donde en muchas ocasiones esta modalidad fracasa.
Casa nido y custodia compartida
Es importante tener en cuenta que en cualquier momento se puede solicitar la custodia compartida de los hijos. No haberla solicitado en un primer momento no influye para poder hacerlo con posterioridad. Con la solicitud de la custodia compartida también se puede plantear la opción por la casa nido. Así mismo se puede solicitar en cualquier momento la modificación del convenio regulador para que la casa nido deje de serlo. Esto puede producirse de forma amistosa o no.
Por último no hay que olvidar que con la casa nido, el convenio regulador también deberá modificar la pensión de alimentos.
Si deseas iniciar un trámite de custodia compartida, divorcio, casa nido o modificar el convenio regulador que tengas en este momento porque consideres que ha llegado el momento de hacerlo puedes consultarnos sin compromiso.